La cocha Brava

Este relato es contado por Domingo Sánchez, descendiente de los antiguos propietarios de éstas tierras.

Leyenda la Cocha Brava

En el sector occidental de la cascada de la Virgen existe una fuente de aguas medicinales de propiedad particular. Esu un surtidero abundante que en tiepos pasados concentrada a romeriantes que gustaban la privacidada pra curar sus dolencias.

En torno a este manantial se han forjado relatos referetnes a animales misteriosos que aprecían de vez en cuando, surgiendo con su presencia el embrujo de tesoros escondidos.

Tales afirmaciones nacidas de visitantes eventuales, coincidían con los comentarios acerca del aparecimento de una gallina amarilla cuyos pollitos dorados escarbaban los alrededores, pero al notarse perseguidos se arrojaban a la fuente.

Otros conversaban ahaber visto sobre el pasto un becdrro de oro. Alguien pretendió atraparlo, pero el animal dio un salto a la fuente que al instane tronó agitando sus aguas.

Para los excépticos no pasaban de ser cuentos y fantasías propias de quienes andaban soñando encontrar oro en todas partes. A pesar de todo se presentó alguna vez un acontecimiento que los baneños han transmitido por generaciones.

Muchos conocían que entre el personal de servicio del propietario del terreno en que se hallaba la vertiente, hubo una sordomuda que desapareció misteriosamente del lugar.

Antes de ello solía ausentarse de casa de sus amos sin dejar huella de su paradero. Cuando le interrogaron acerca de sus fugas se encolerizaba tanto que en veces se ponía agresiva. Todos
temían en la casa inquirir acerca de sus andanzas.

No obstante el amo se propuso controlar la hora aproximada de desaparición de su doméstica. De esta manera pudo percatarse que en una noche abrió sigilosamente la puerta de la  faltriquera donde dormía y desapareció.

En otro momento en que a la misma hora reptióse la escena, la noche estaba alumbrada por la luna y permitió seguirla hasta el matorral.

Mas al notarse perseguida dio vueltas entre la maleza hasta desviar la pista.

Sin darse por vencido el amo se propuso buscar la manera de no verse burlado. En nueva desaparición la siguió hasta que volvió a ocultarse en la maleza. Esperó el amanecer sin perder la
dirección. El suelo húmedo permitió que las huellas quedasen impresas hasta buena distancia.

Con las primeras horas del día pudo reconocer las pisadas y seguirlas paso a paso, hasta que otra vez desaparecieron en el matorral. Sin retroceder siguió animoso en pos del resultado final. A poca distancia divisó el verdor que circundaba la fuente.

Avanzó con pasos lentos hacia un matapalo para observar escondido alguna novedad. la expectativa tomose inquietante ante el rumor de voces invisibles. De pronto apareció una señora blanca de cabellos dorado que en animado diálogo con la doméstica tendía mazorcas amarillas y brillantes ante al sol.

Sin dejarse notar el amo regresó a casa a contar lo sucedido.
Motivados por el relato cada quien corrió por su lado hacia la fuente, pero su desilusión fue grande al no encontrar nada. Repentinamente efervecieron as aguas y con gran estruendo reventó el pantano poniendo en fuga a los intrusos.

La doméstica no volvió aparecer mis en aquellos parajes. Huyó hacia el misterio dejando tras de si la ambición insatisfecha por las mazorcas de oro.

  • Libro: Leyendas y Tradiciones de Baños
  • Autor: Enrique Freire Guevara



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