Café Gallo de la Peña

Descubre el sabor y el alma del café en la finca de Lincon Guevara. Vive el proceso, siente el aroma y lleva contigo un pedacito de esta experiencia única. ¡Visítanos!

¿Qué debes saber?

  • La finca que produce Café Gallo de la Peña, se encuentra ubicado en el cantón Baños de Agua Santa, parroquia Río Negro, sector Las Palmeras. Vía Baños - Puyo, se debe tomar la entrada a mano derecha antes del puente Puyo - Pastaza.
  • La finca forma parte de diversas organizaciones, empresas, familias y personas que viven y trabajan en el Corredor de Ecológico Llanganates Sangay.
  • Ofrece recorridos guiados de agroturismo dentro de su finca productora de café y cacao.
    • Durante las visitas, los turistas pueden conocer el proceso de producción y disfrutar de sus productos terminados, que destacan por su alta calidad.
    • Costo del producto: La libra de café tiene un costo de $10.00 y está disponible tanto molida como tostada.
  • Lincon Guevara, un apasionado productor de café, inició su trayectoria en 2015. En 2018, a los 45 años, dio vida a su propia marca, marcando un hito en la producción cafetera local.
  • Esta finca ha logrado establecer lazos comerciales internacionales, siendo la exportación a Estados Unidos uno de sus mayores logros.
  • Horarios: Las visitas son programadas y requieren reserva previa.

De Naranjilla a Café: El Sueño de Conservación y Calidad 

En el sector Las Palmeras, ubicado en la parroquia Río Negro del cantón Baños de Agua Santa, hay un rincón donde la pasión por el café ha transformado no solo la tierra, sino también vidas. Este lugar, liderado con dedicación por Lincon Guevara, es un testimonio de cómo la determinación y el amor por la naturaleza pueden dar lugar a un emprendimiento sostenible que enaltece tanto a la comunidad como al medio ambiente.

La historia de esta finca se remonta a años atrás, cuando la naranjilla dominaba sus sembríos. Aunque rentable en apariencia, este cultivo exigía el uso de químicos dañinos y requería deforestar la selva virgen para su siembra, dejando un impacto ecológico devastador. Lincon, profundamente consciente del daño causado, decidió cambiar el rumbo.

Inspirado por el deseo de proteger la naturaleza y buscar un cultivo más sustentable, se aventuró a sembrar café, un cultivo que no sólo respetaría el entorno, sino que también podría transformar la economía de la finca. Más tarde, integró el cacao a su producción, agregando una joya más a su portafolio.

El camino del café no es sencillo, y esto no desanimó a Lincon. Sabía que el café requeriría tres años de paciencia desde el momento de su siembra para dar frutos, un tiempo que muchos agricultores no están dispuestos a esperar. Sin embargo, con amor y cuidado, dedicó ese tiempo al mantenimiento de sus plantas, aprendiendo cada detalle del proceso y perfeccionando sus métodos.

En su finca, se emplea el proceso natural para la obtención del café, una técnica que garantiza un sabor único. La cereza madura, recogida en su punto perfecto, se lava y seca lentamente con su cáscara, permitiendo que los azúcares naturales se concentren en el grano. Este proceso, que toma cerca de dos meses, resulta en un café con un toque dulzón, muy valorado en mercados como Corea y Japón.

Una vez seco, el grano pasa por una máquina trilladora donde se retira la cáscara. Posteriormente, se tuesta a un nivel medio, asegurando un equilibrio perfecto en el sabor. Los clientes pueden llevarlo molido o en grano, dependiendo de sus preferencias, y las cafeterías suelen optar por los granos enteros para garantizar frescura en sus preparaciones.

La conexión de Lincon con la finca tiene raíces profundas. Desde niño, acompañaba a su abuelo Luis Soria, cuidando el ganado y observando los sembríos de naranjilla. Estos recuerdos, junto con su formación profesional y su experiencia en el Ministerio de Agricultura, lo llevaron a identificar el potencial del café como un motor de cambio.

El impacto de su trabajo no se limita a su familia. Su producción de café ha generado empleo para varios agricultores de la zona, fomentando el desarrollo económico local. Además, su compromiso con métodos agroecológicos ha contribuido a la recuperación de la naturaleza y la fauna en el área, transformando su finca en un refugio de biodiversidad.

El esfuerzo y la dedicación de Lincon han trascendido fronteras. En una visita a su finca, la empresa londinense Quima quedó fascinada por la calidad y el proceso de su café. Desde entonces, esta empresa se ha convertido en un cliente habitual, adquiriendo granos crudos para tostarlos y especializarlos en Europa y Asia.

Para Lincon, el futuro de su finca está lleno de posibilidades. Su meta no es producir en grandes volúmenes, sino garantizar una calidad excepcional que destaque en el mercado nacional e internacional. Sueña con ampliar sus hectáreas de cultivo y continuar posicionando el café de Baños como un referente de excelencia.

La finca de Lincon no solo ofrece productos de alta calidad, sino también una experiencia inolvidable para los turistas. Al visitar, los viajeros tienen la oportunidad de aprender sobre cada etapa del proceso del café, desde la selección de las cerezas hasta el tostado final. Además, pueden disfrutar del aroma envolvente del café y el chocolate recién procesados, y llevar consigo una bolsa de café como recuerdo de esta vivencia única.

Lincon invita a todos a descubrir lo que implica cada taza de café: el esfuerzo, el cariño y la dedicación de manos expertas. En su finca, el café no solo se cultiva; se vive. Te esperamos.

¡Vive Tungurahua!




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