Comedor Sabor de Casa

Disfruta sopas ancestrales y almuerzos hechos con amor. Vive la historia, tradición y sabor de Baños en un rincón acogedor donde cada plato celebra la cocina orgánica y familiar.

¿Qué debes saber?

  • Comedor Sabor de Casa, se encuentra ubicado en la Av. Amazonas y Antonio Barriga. Barrio Pititi.
  • Cantón Baños de Agua Santa. Provincia de Tungurahua.
  • Abrió sus puertas en 2020 y ofrece almuerzos, sopas tradicionales y comida rápida.
  • Utilizan productos orgánicos, saludables y no utilizan condimentos producidos químicamente.
    • El precio de los almuerzos es de $ 3.00.
    • Atiende todos los días desde las 12h00 hasta las 21h00
  • Este cálido lugar es uno de los geoamigos, el alegre grupo de emprendimientos turísticos que pueblan al Geoparque Volcán Tungurahua.

Sabor de Casa: El alma de una  familia hecha comida

A los pies de la majestuosidad de Baños de Agua Santa, donde la bruma matutina acaricia las montañas y el sonido del río murmura historias de antaño, se encuentra un rincón que palpita con el calor del hogar. Es el Comedor Sabor de Casa, un lugar nacido del amor, la resiliencia y el compromiso de Luis Chávez y su esposa. Con el sencillo pero profundo lema de Comida hecha con amor, este establecimiento no solo alimenta cuerpos, sino también almas.

En el 2020, un año que sacudió al mundo, Luis y su esposa decidieron convertir un momento de adversidad en una oportunidad para soñar. Desde la entrada de Baños de Agua Santa, con el ir y venir de turistas como testigos silenciosos, surgió la idea de construir algo propio. En la propiedad familiar, con la ayuda de su cuñado y una visión clara, levantaron un pequeño pero acogedor espacio para servir almuerzos, sopas y comida rápida.

Cada detalle del Comedor Sabor de Casa está impregnado de intenciones nobles. Aquí, las sopas no solo llenan el estómago; son un viaje a la infancia, a las recetas de los abuelos que se cocinan con productos orgánicos y libres de químicos. Cada día, una sopa distinta honra la herencia culinaria ecuatoriana, una tradición que ha cruzado generaciones. "Lo que servimos aquí no es solo comida", explica Luis con una sonrisa que ilumina su rostro curtido por años de esfuerzo, "es un pedacito de nuestra historia y la sazón incomparable de mi esposa".

Y es que el corazón de este comedor no está solo en las ollas que hierven lentamente en la cocina. Está en las manos que preparan con amor cada plato y en la decoración rústica que habla del pasado. Dentro de este espacio, las paredes cuentan relatos a través de antigüedades que han pertenecido a la familia por décadas. Viejos utensilios de cocina, fotografías enmarcadas de tiempos lejanos y objetos que evocan nostalgia adornan el lugar. "Estos no son simples adornos", dice Luis, mientras acaricia un objeto de madera desgastado por el tiempo. "Son recuerdos de mi infancia, de cuando veía a mi madre y a mi abuela usarlos en la cocina".

El Comedor Sabor de Casa no solo se ha convertido en un destino obligado para turistas y locales, sino también en un símbolo de inspiración para la comunidad. Desde su apertura, otros vecinos han seguido el ejemplo de Luis, creando sus propios negocios y revitalizando el sector. “Sabemos que hemos aportado a la recuperación económica de nuestra zona. Ver cómo otros se animan a emprender después de vernos a nosotros es algo que llena el alma”, comparte con orgullo.

Además de su vínculo con el turismo como guía profesional, Luis ha sido siempre un apasionado por la comida típica de Tungurahua. En sus años como guía, no solo mostraba los paisajes a los visitantes, sino que también ponía las manos en la masa, ayudando a preparar alimentos para grupos de turistas. Esa conexión con la cocina, junto con las enseñanzas de gastronomía que recibió durante sus estudios de turismo, sembraron la semilla de lo que hoy es su negocio.

Entre los recuerdos más entrañables que guarda Luis están las historias de sus clientes. Desde familias que se detienen después de una larga caminata hasta un grupo de médicos costeños que llegaron desde el Oriente ecuatoriano, cada visitante deja su huella en este espacio. "Se quedaron encantados con la comida, la atención y la decoración", relata, “y yo quedé encantado de que ellos se sintieran como en casa”.

En el Comedor Sabor de Casa, no hay pretensiones, solo autenticidad. Los visitantes no solo encuentran un plato delicioso, sino un refugio donde las risas, las historias y los sabores se entrelazan para crear recuerdos imborrables.

¡Vive Tungurahua!




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