Turismo Comunitario Machay

¿Qué debes saber?

• Turismo Comunitario Machay está ubicado en el ingreso de la cascada Encanto del Rocío - Cascada Machay, en la parroquia de Río Verde, en el cantón de Baños de Agua Santa, provincia de Tungurahua, a 16 kilómetros del centro de Baños. 
• La comunidad de Machay forma parte de diversas organizaciones, empresas, familias y personas que viven y trabajan en el Corredor de Ecológico Llanganates Sangay.
• Desde el año 1996 la comunidad ha venido trabajando en el cuidado y desarrollo de su comunidad. Mónica Silva es administradora del lugar a sus 26 años. 
• Ecoturismo en Machay:
  • Ofrecen una caminata ecológica que dura de 10 a 15 minutos en donde se conoce dos cascadas, una de 80 metros de altura, y 3 miradores, siguiendo el recorrido se puede conocer la siguiente cascada de 20 metros en donde los turistas pueden bañarse en el lugar.
  • El precio de la entrada es de $1.50 centavos por persona.
  • Sus horarios de atención son de 08:00 a 17:30 todos los días.
• La comunidad ha sido reconocida por la Prefectura de Pastaza por su destacado compromiso en la conservación y cuidado de la naturaleza, incluyendo sus majestuosas cascadas como parte del Corredor Ecológico Llanganates-Sangay.

Un Sueño en Cada Cascada: La Historia de Turismo Comunitario Machay

En el corazón de la parroquia de Río Verde, a tan solo 16 kilómetros del bullicioso centro de Baños de Agua Santa, se encuentra un rincón mágico enfocado en el ecoturismo. Este lugar, conocido por sus imponentes cascadas y la calidez de su gente, guarda en cada sendero y rincón la historia de una comunidad que encontró en la naturaleza su camino hacia un futuro mejor.

Todo comenzó hace más de 25 años, cuando la pequeña comunidad de Machay enfrentaba los desafíos de una vida basada en la agricultura, una actividad que ya no garantizaba el sustento de las familias. Fue entonces cuando Manuel Sánchez y Marcelo Barrera, dos visionarios locales, comenzaron a soñar con un futuro diferente. Su mirada se posó en las riquezas naturales que los rodeaban: las majestuosas cascadas, los bosques exuberantes y la biodiversidad incomparable de su entorno. Así nació la idea de compartir este paraíso con el mundo, dando vida a un proyecto comunitario que transformaría para siempre la realidad de Machay.

Manuel y Marcelo, movidos por el deseo de construir un futuro sostenible, reunieron a las familias de la comunidad para proponer una nueva forma de vida: el turismo comunitario. Con humildad y determinación, convencieron a sus vecinos de unirse al esfuerzo. Aquellos primeros pasos no fueron fáciles. No había maquinaria ni presupuesto; todo dependía de la fuerza de sus manos y el trabajo colectivo. Fue a través de mingas — esas tradicionales jornadas de trabajo comunitario — que comenzaron a abrir los senderos que hoy conducen a las imponentes cascadas de Machay.

Mónica Silva, quien tenía tan solo 13 años cuando inició este proyecto, recuerda con emoción esos días. “Fue muy emocionante ver llegar a los primeros turistas. Nunca olvidaré las caritas de todos al escuchar sus palabras de admiración por nuestra comunidad. Nos sentimos orgullosos, como si ese sueño que comenzamos con tanto esfuerzo estuviera cobrando vida delante de nosotros”, cuenta Mónica, hoy administradora del lugar.

Turismo Comunitario Machay es mucho más que un destino; es un legado que ha trascendido generaciones. Muchas de las personas que iniciaron este sueño ya no están, pero su esfuerzo y visión son el orgullo de los que siguen. Mónica, ahora a sus 26 años, pertenece a la tercera generación de administradores y tiene un objetivo claro: continuar el trabajo de quienes le precedieron, mostrando al mundo la belleza de su comunidad.

“Quiero que más turistas lleguen a conocer nuestra tierra, que disfruten de la naturaleza y se lleven una impresión imborrable de Machay. Pero también quiero que este proyecto siga creciendo, que nuestra economía florezca y que los emprendedores locales tengan nuevas oportunidades. Sueño con que los jóvenes encuentren aquí su futuro y no tengan que abandonar la comunidad”, comparte Mónica.

Con esa meta en mente, Mónica también dedica esfuerzos a capacitar y motivar a los jóvenes de Machay, sembrando en ellos la pasión por el turismo comunitario y la innovación. “Ellos serán quienes lleven la batuta en el futuro. Nuestro sueño no tiene límites”, asegura.

Hoy, Turismo Comunitario Machay ofrece una experiencia inolvidable para los visitantes. Las caminatas ecológicas llevan a los turistas a través de senderos que conectan con cascadas imponentes, como la de 80 metros de altura y la de 20 metros, donde es posible disfrutar de un refrescante baño. Además, los turistas pueden visitar un mariposario, practicar pesca deportiva con la opción de degustar el fruto de su pesca, disfrutar de un servicio de alimentación local y hasta acampar bajo las estrellas en un entorno natural incomparable.

La comunidad se esfuerza por ofrecer no solo un servicio de calidad, sino también una experiencia cargada de calidez humana. Para ellos, cada visitante es una oportunidad de compartir su historia, su cultura y su amor por la naturaleza. Su sueño es que cada turista que pase por Machay se lleve no solo recuerdos, sino también una conexión profunda con este rincón mágico de Ecuador.

El reconocimiento de la Prefectura de Pastaza por su labor de conservación es un reflejo del impacto positivo que ha tenido Turismo Comunitario Machay en el Corredor Ecológico Llanganates-Sangay (CELS). Este lugar no solo es un testimonio de la riqueza natural de Ecuador, sino también del poder de una comunidad unida para superar obstáculos y construir un futuro sostenible.

El sueño que comenzó hace más de dos décadas sigue vivo y creciendo. Machay es una prueba de que, con amor por la tierra, trabajo arduo y unión, es posible transformar una pequeña comunidad en un destino inolvidable.

¡Vive Tungurahua!